La visita a las Cuevas de Ardales, o también conocida como la cueva Doña Trinidad Grund, comienza realmente en el Museo Centro de Interpretación de la Prehistoria.
Allí nos pondrán en contexto y podremos ver con todo lujo de detalles algunos restos arqueológicos encontrados en la cueva y alrededores. Una vez informados nos desplazaremos a la entrada de las cuevas en coche, donde nos equiparán con linternas y dará comienzo la aventura de casi un kilómetro y medio.
La cueva fue descubierta hace dos siglos, cuando un terremoto reabrió la entrada, la cual se había sellado hacía unos 3.500 años. Al principio sus descubridores pensaron que habían topado con una cueva de minerales preciosos, y no es para menos cuando te adentras en la conocida como la Sala de las Estrellas, pero sólo eran estalactitas cristales de carbonato cálcico. Igualmente le sacaron provecho, ya que dos años después ya se cobraba la entrada para visitarlas, siendo la primera cueva turística española.
En 1852 doña Trinidad Grund, importante burguesa de la aristocracia malagueña, compra las Cuevas de Ardales para realizar visitas y espectáculos flamencos en su interior.
Pese a su buena administración, finalmente las cuevas caen en el olvido hasta 1985, donde se retoma su estudio hasta nuestros días. En ellas se han encontrado más de 1000 representaciones pictográficas.
Mano negativa pintada por aerógrafo por efecto venturi
Hoy en día la cueva Doña Trinidad Grund tienen un aforo de 15 personas máximo al día para su visita. Ésta os llevará casi dos horas, con lo cual, restringiendo el aforo consiguen que se regenere el aire de la cueva y se mantenga en perfectas condiciones sus pinturas rupestres. Sin duda nos encontramos ante una de esas maravillas que una vez las visitemos no podremos olvidar jamás.
Para realizar la para visita guiada a la cueva Doña Trinidad Grund es necesario contactar con el ayuntamiento de Ardales.